Un experimentado seguidor de la mayor feria de la industria del videojuego puede haber sufrido una decepción al percatarse de que la industria a veces irreverente ahora está tomándose a sí misma un poco más en serio.
En el principal recinto de la Exposición de Electrónica de Entretenimiento, un hangar de aeropuerto en Santa Mónica, California, las pantallas de televisión muestran los nuevos juegos para unos pocos, mientras que están ausentes las mujeres escasamente vestidas en los stands promocionales, así como las legiones de seguidores que una vez protagonizaron la feria.
Tratando de convertir la cumbre E3 en una cita más acogedora para los negocios que en años anteriores, los organizadores han impedido la entrada a la mayoría de los jugadores, reduciendo el público a 3.000 asistentes desde los 60.000 de 2006. Y muchos ni se aventuraron a entrar en la sala de exhibición.
Ahora la feria tiene su sede en el hangar Baker y varias habitaciones de hotel en la zona de Los Angeles, y muchos lo encuentran demasiado pequeño y sin diversión.
"Lo odio", dijo Dan Hsu, editor jefe de la revista de videojuegos EGM, que como muchos va y viene frenéticamente de una suite de hotel a otra en Santa Mónica para entrevistarse con ejecutivos clave y acudir a las presentaciones.
"Sabía que lo odiaría, y solo me llevó una hora o dos confirmarlo que es la peor feria de la historia", dijo Hsu.
Algunas de las críticas más importantes procedieron de Hideo Kojima, diseñador de la serie de gran éxito de Konami "Metal Gear Solid". Kojima dijo que la excitación de anteriores E3 era una motivación para crear grandes juegos.
"Sé que el E3 es una feria de negocios, pero también es un importante festival", dijo Kojima a una multitud en una rueda de prensa de Konami el miércoles. "Espero que mi E3 regrese el año que viene", añadió, lo que fue recibido por un gran aplauso.